Blog #11 – Entérate con ella... y te vas – 14 de abril del 2021 por Ludnik Díaz.
En pleno 2021, con todos los problemas que estamos viviendo y con niveles críticos de violencia de género, no es difícil reconocer que, aunque las mujeres estamos dando pasos importantes en la búsqueda y reconocimiento de derechos se sigue sintiendo la existencia de una injusticia e inequidad inherente a nosotras.
Desde el escenario mediático, la realidad se construye en representaciones específicas para ciertos grupos, y a lo largo de la historia cinematográfica las diversas representaciones de las mujeres han sido limitadas a ciertos moldes que se han encargado de perpetuar y normalizar la visión de las mujeres como objetos instaurados en una posición inequitativa con respecto a los hombres; una de las problemáticas es que, hasta hace no mucho tiempo, las mujeres no habían tenido la experiencia del pleno derecho sobre sí mismas, ni sobre sus cuerpos y mucho menos sobre su imagen, en consecuencia, la idea de hablar de “lo femenino” se volvió prácticamente imposible. Y es que, hablar de una película con una “mirada femenina” va mucho más allá de tener una escritora detrás de un guion o una directora detrás de cámara, sino más bien se trata de una serie de detalles que compaginados generan una representación veraz de la realidad con la que el público femenino se siente identificado de inmediato y el cual se vuelve completamente ajeno al público masculino.
El cine nacional ha dejado un gran registro del progreso histórico y cultural que se ha vivido desde que en 1896 llegara el primer cinematógrafo a México, tradicionalmente, el cine mexicano se dedicó a hacer una distinción de las mujeres catalogándolas en dos grupos: las buenas y las malas mujeres; las primeras se desarrollaron en un espacio domestico y limitado en donde su papel siempre existía en función de un hombre; mientras que las segundas fueron caracterizadas por su actitud “rebelde” y “contra las buenas costumbres”, un claro ejemplo de lo anterior es la polémica que desató en 1932 “Santa” el primer largometraje sonoro de habla hispana del director español Antonio Moreno; Lupita Tovar, la protagonista, fue severamente criticada por darle vida a una prostituta, mientras que, en el mismo año, era alabada por su participación como damisela en peligro en la cinta estadounidense “Mr. Robinson Crusoe”.
Posteriormente, la falta de apoyo gubernamental a la industria (que no ha cambiado mucho) y la censura desmedida que existía para mostrar la realidad social, motivo que en los años 60’s y 70’s el cine de rumberas o ficheras se convirtiera en el producto principal de consumo: el sexo, la “diversión” desmedida y el machismo se convirtieron en los modelos a seguir de los jóvenes, lo que terminó en un estancamiento del cine nacional y un retroceso para el desarrollo creativo de nuevos realizadores.
Poco a poco, el cine mexicano fue sufriendo un detrimento cada vez mayor ya que sin darnos cuenta, la influencia de éste tipo de productos desencadenaron una ola de nueva comedia mexicana en los años 90’s y 2000’s en donde diversos programas de televisión como “La Hora Pico” y “Deliciosa Sin Vergüenza” y que tienen secuelas hasta el día de hoy con cintas como “Los Tres Idiotas” y “El tamaño sí importa”, productos sumamente misóginos y clasistas que redujeron no solo la calidad fílmica de las representaciones, sino que las limitaron a personas alcoholizadas, mujeres estúpidas pero buenísimas y a una ridiculísima clase baja.
En 2019, el IMCINE publicó su nueva lista de “Las 100 mejores películas mexicanas de la historia” con el fin de hacerla más incluyente y representativa, en la cual 1 de cada 11 películas son dirigidas por una mujer. Las cifras son alarmantes y aún así a Ricardo Montreal, senador de MORENA, le parece una increíble idea imponer a las plataformas streaming el 15% de producción nacional en su catálogo antes que intentar cambiar la representación femenina en el cine ¡Aplausos!
Elijo cerrar este texto con la indignación que me provoca la ironía de que los filmes de lectura feminista más valiosas han sido desarrollados en mayor medida por abusadores de menores y acosadores sexuales que por las propias mujeres, lo cual nos recuerda que la congruencia y la empatía no son ni de lejos virtudes promovidas en esta industria.
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En Enterate... y te vas agradecemos a Ludnik por su apoyo y entusiasmo para con este proyecto.
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